20080729

Arde Gomila

Palma-Gomila, la zona de empresas gay-les por excelencia de la isla de Mallorca, vive su ocaso a paso de derribo. Hay quien todavía sueña con que este tramo de la avenida Joan Miró pueda resurgir de sus cenizas. Pero nada más lejos de ésto, se observa como año tras año el declive y la miseria forma parte del entorno y sólo queda el recuerdo de sus años gloriosos de los 60 y 70, la permanencia en los 80, el retroceso en los 90 y el actual deterioro de lo que fue un enclave nocturno de moda del Mediterráneo.

Dentro del boom turístico de la isla, la zona de la plaza Gomila se convirtió en un area de ocio nocturno y aglutinó, cerca de la zona residencial de prestigio de la ciudad, un sinfín de locales de cierta bohemia y frecuentado habitualmente por famosos de la época. Salas de fiesta, cabarets, pubs, terrazas animadas, poblaban El Terreno en la década de los 60. Grupos y artistas invitados de renombre internacional, como siempre se ha dicho, actuaban y se dejaban ver por la zona. Este brillo especial se mantendrá durante los años 70. Las noches de Palma no tenían más nombre que la plaza Gomila.

Durante la transición española, el ambiente gay palmesano comienza a materializarse en locales nocturnos un tanto apartados de la zona de ocio principal de la plaza, pero lo suficientemente cerca como para fusionarse con una gran variedad de colorido y gente que disfrutaba de la noche. Paralelamente, iban surgiendo locales de ambiente gay en el mismo centro de la ciudad, entremezclados con la zona de prostitución (durante años consentida por los poderes públicos) y con otros puntos menos llamativos del centro histórico.

A finales de los 70 y principios de los 80, Palma podía considerarse como un punto gay lleno de energía, en total una veintena de locales de copas abiertos y frecuentados a diario por una clientela habitual que acababa de despertar de una represión anterior y se encontraba inmersa en la movida que sacudía las principales ciudades del estado español. Este brío, acompañado aún por un turismo de cierto nivel que se mezclaba con el ambiente local hizo que la ciudad pudiese equipararse a otras capitales españolas.

Cala Major y s'Arenal se unieron a esta explosión nocturna gay con nuevos pubs y discotecas. Ibiza aún estaba por descubrir y Palma era considerada un destino gay más de toda Europa. Pero a mediados de los 80 se da el primer síntoma de freno a esta oleada de vida nocturna gay. Con el Partido Socialista Obrero Español a la cabeza en el Ajuntament de Palma, se cierran empresas gays del centro de la ciudad alegando que la prostitución es una mala imagen para la capital de la isla. Con el cierre de locales de alterne heterosexual, fueron a la par los locales de ambiente gay, englobándose en un todo que, sin querer averiguar mucho que sucedía allí dentro, convenía "limpiar" la zona para que las buenas costumbres y la gente de bien no tuviera ese "problema" en la ciudad. De este modo, la zona tranquila de alterne heterosexual y los locales gays discretos del centro de la ciudad cerraron sus puertas por orden municipal. El llamado barrio chino pasó a degenerarse y a degradarse a una velocidad asombrosa ya que se puso en ojo público que no era una zona "decente".

Mientras, la zona de la plaza Gomila se miraba a sí misma. El ambiente gay era aún animado y tenía fuerza y no pretendía hacerse notar demasiado no fuese a tener la misma suerte que sus vecinos del centro. Por otro lado, la clientela gay bajó un cierto grado ya que muchos optaron por salir de la isla y vivir su sexualidad lejos de un contexto tan cercano a sus orígenes y a su entorno próximo. Alterne, discotecas, pubs, terrazas, bares, after-hours, etc. eran aún el reclamo de la llamada gente guapa de dentro y fuera de la ciudad. Gomila aún era el centro nocturno para ver y dejarse ver. Pero pronto comienza a salir, durante los 80, el impulso de las salas del paseo marítimo, la alternativa a la mítica plaza. El ambiente gay se entremezcla cada vez más y alterna entre Gomila y locales no gays del paseo marítimo.

Por otra parte, Ibiza empieza a despuntar como insignia de la modernidad y se convierte en el nuevo foco de gente famosa de vida social nocturna. Joan Miró comienza a perder peso aunque se mantienen las principales discotecas durante los 90. El ocio nocturno perdura los jueves, viernes, sábados y bien entrado el domingo. Hasta que la principal sala de fiesta enclavada en la plaza cierra sus puertas a ésta y sólo abre por el paseo marítimo. Al mismo tiempo, una nueva zona en Palma se convierte enseguida en zona de ocio nocturno, lleno de frescura por la atracción de un público universitario. La Lonja disfruta de sus días efímeros hasta un nuevo "toque de queda" municipal. Que hace cerrar lo que pudo ser una fuerte competencia al paseo marítimo. Con la misma espontaneidad que surgió, el entramado empresarial de ocio nocturno se tambaleó por, al fin y al cabo, una recalificación inmobiliaria. Mallorca comenzaba a valorarse en Europa no ya tanto por destino turístico sino por tener la posibilidad de compra en la isla. En La Lonja también tuvo cabida un par de locales de ambiente gay. Pero la zona se convirtió en lugar de restaurantes y primera copa hasta el día de hoy.

Siguiendo aún por los 90, plaza Gomila - Joan Miró pierde definitivamente su encanto, la zona se ve muy desprotegida por la vigilancia policial y comienzan a publicarse en los periódicos altercados durante la noche. Aún se mantienen algunos locales gays, pero a finales de la década comienzan a cerrar irremediablemente. La zona se desprestigia y subsisten locales de after-hour, recogiendo a la gente que se desplaza desde la zona del paseo marítimo.

Ante esta situación, el Ajuntament de Palma, desde hace años encabezado por el Partido Popular, pasa revista a los horarios nocturnos. Se regulariza el cierre de los bares y pubs, por un lado, y las discotecas, por otro. El recorte del ocio nocturno deja sumido a Gomila en un espectáculo callejero sombrío, casi inerte. Los after-hour desaparecen o se encuentran de modo clandestino, fuera de la legalidad. El prestigio toma relevo exclusivamente en el paseo marítimo.

Aún así, a principios del nuevo siglo, la ola retro de las discotecas despunta una vez más, el salir de noche aún perdura como una forma más de vida. Se dan los pasos para nuevas salas gays en Gomila, una de ellas incluso consigue llamar la atención por su originalidad y atrae gente de diferente condición sexual.

Mientras tanto, los más jóvenes imitan los modos peninsulares y acampan en primera línea del paseo marítimo con el llamado botellón, como respuesta al elevado coste de los precios en las salas de fiestas y bares, a la calidad de las bebidas de éstos y a una nueva forma más relajada y alternativa de hacer vida social nocturna. Esperando a algún bando municipal de prohibición estricta, el botellón en Palma tiene mala imagen por la suciedad que genera. Pero del mismo modo, el consistorio no realiza el mínimo gesto de acondicionar de nuevo el espacio de paseo para que a primera hora de la mañana se encuentre en perfectas condiciones.

Gomila espera su estocada final, los locales gays no hacen más que cerrar sus puertas y pasar a peor vida. La presencia policial se centra más en el cierre de locales que en la vigilancia en la calle. A partir de mediados de la década del 2000, la discoteca gay alternativa se desplaza de lugar y crea una nueva forma de salir fuera de lo que tradicionalmente ha sido durante años el ambiente gay-les de la isla. Aún así, debe reclamar una clientela mixta para seguir con su singularidad. En Gomila ya no se otorgan nuevas licencias para locales nocturnos, el derribo de edificios completos comienza a tambalear el epicentro de lo que fue hace décadas un lugar de encuentro social. Lo que queda es lo que ha perdurado con el tiempo: la discoteca gay, el pub gay y la terraza gay de toda la vida. Algún reducto por el centro de Palma de lo que hubo hace años y algún local nuevo descentralizado de todo ese declive.

Arde Gomila. Pero en este 2008 y por primera vez, el orgullo GLBT se celebra en Joan Miró, una fiesta que en su día no tenía tantos motivos de celebrarse por el ambiente gay que palpitaba de noche. El colectivo GLBT, apoyado por gran parte del empresariado gay que subsiste actualmente, realizó la fiesta del 28 de junio en plena calle. Irónicamente, el Ajuntament de Palma (PSOE-UM-Bloc) se persona en la fiesta en calidad de invitados. "Apoyamos la causa gay" se lee en sus caras, pero viendo más allá de lo que nos rodea, presenciamos con la alcaldesa incluída que el cierre de la emblemática zona de ocio nocturno no tardará en producirse.

¿Cuánto tiempo pasará para que la zona del paseo marítimo corra la misma suerte que todas sus anteriores? Los poderes públicos y privados tendrán la última opinión.

20080610

ALAS

ALAS, Associació de Lluïta Anti-Sida de les Illes Balears
pl. Cardenal Reig, 4, 1º A, Palma de Mallorca
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asociación

bakala.org

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Ben Amics

Ben Amics, Associació Lesbiana, Gai, Transsexual i Bisexual de les Illes Balears
c. Conquistador, 2, principal, Palma de Mallorca
benamics.com

asociación LGTB

Black Cat Disco

Discoteca Black Cat Disco
av. Joan Miró, 75, Palma de Mallorca
blackcatdisco.com

discoteca gays/lesbianas, cuarto oscuro, espectáculo

Bruixeries

Bar Bruixeries
c. Estanc, 9, Palma de Mallorca

bar/pub hombres

Cala Blava

Cala Blava
a partir de la piscina del hotel Delta, Maioris, Llucmajor

playa rocosa nudista

Cala de El Mago

Cala d'El Mago
Portals Vells (Calvià)

cala nudista, ligue en el bosque de pinos

chueca.com

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